lunes, 22 de noviembre de 2010

FIDEL CASTRO

Presidente de Cuba, que duro en el poder más de 45 años.

Nacido en Biran, Mayarí, en 1926 es hijo de ángel, un inmigrante español que se ha dedicado a la producción azucarera, y de Lina, quien era de ascendencia canaria. Se educó en Santiago de Cuba y en La Habana. En 1950 obtuvo los títulos de Doctor en Derecho Civil y Licenciado en Derecho Diplomático en la universidad de esta última ciudad.
En 1948 se casó con Mirta Díaz Balart y en 1954 se divorció. Con ella tuvo un hijo, Fidel Castro Díaz Balart, nacido en 1949. Actualmente es Dalia Soto del Valle su mujer. De igual manera, es un hombre que ha tenido varios romances pasajeros a lo largo de su vida.
Sus inicios en la política

A partir de 1945 comenzó a vincularse de forma activa en las luchas políticas estudiantiles en la Universidad de La Habana. En 1947 formó parte de la expedición organizada para luchar contra la tiranía trujillista en la República Dominicana, y participó junto al pueblo colombiano en la insurrección popular de abril de 1948 en Bogotá.
Fue fundador del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos). A partir de 1948, denunció la corrupción, el abandono oficial y el gangsterismo prevalecientes en el país. Tras el golpe de Estado de 1952, organizó y entrenó un grupo de jóvenes con quienes asaltó, en 1953, los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo, con la idea de expulsar del poder al dictador Fulgencio Batista. Esta acción no tuvo éxito, por lo que fue detenido y encarcelado. Dos años más tarde fue amnistiado y se exilió a México donde creó, junto al argentino Ernesto Che Guevara, el Movimiento 26 de julio, que continuó con las acciones de subversión y proselitismo.
Las ideas castristas se fueron extendiendo y ganando adeptos de forma paulatina en el ambiente estudiantil, lo que le permitió, con apoyo del Partido Popular Socialista, realizar una marcha en La Habana para desalojar a Batista del poder. Con este acto, que se realizó en diciembre de 1958, comenzó la revolución Cubana, lo que logró acabar con la dictadura de Batista el 1º de enero de 1959, quedando de esta manera Castro en el poder. En ese entonces asumió las funciones de Comandante en Jefe de las fuerzas armadas, y el 13 de febrero de 1959 fue nombrado Primer Ministro del Gobierno Revolucionario.
Fidel Castro dirigió y participó en cada acción de defensa del país y de la Revolución.  El 16 de abril de 1961, en nombre del poder revolucionario, proclamó el carácter socialista de la Revolución Cubana. Ocupó el cargo de Secretario General de las Organizaciones Revolucionarias Integradas y el de Secretario General del Partido Unido de la Revolución Socialista. En octubre de 1965 se constituyó el Comité Central del Partido Comunista de Cuba y desde entonces ocupó el cargo de Primer Secretario, en el que ha sido ratificado por los cuatro Congresos del Partido. Ha sido, además, elegido Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular en sus sucesivos períodos de sesiones desde su creación en 1976, y desde entonces ha sido ratificado por la Asamblea en los cargos de Presidente del Consejo de Estado y Presidente del Consejo de Ministros.
Su enemigo más íntimo

Estados Unidos logró convertirse en el gran enemigo de Cuba a principios de la década del ´60, y fue la Unión Soviética la que le dio el principal apoyo internacional a Fidel Castro, iniciando envíos de ayuda material, económica y militar, que incomodó aún más a los EE.UU.
La política cubana comenzó a regirse según los principios del socialismo: las industrias fueron nacionalizadas, se colectivizaron las propiedades y se implantó un modelo de Estado basado en un único partido, el Partido Unido de la Revolución Socialista, llamado Partido Comunista Cubano a partir de 1965. La expropiación de bienes en manos de estadounidenses llevó al gobierno norteamericano a romper los acuerdos comerciales con el régimen cubano. En respuesta, Castro formuló la Declaración de La Habana, que reafirma los principios nacionalistas y socialistas de la revolución Cubana; lo que consiguió aún más una intensa tensión entre ambos países.
Muchos cubanos se vieron obligados a exiliarse, principalmente a Miami, desde donde organizaron una política de resistencia. Y contando con el apoyo de los Estados Unidos, organizaron una expedición que desembarcó en la bahía de Cochinos, pero que encontró la imponente resistencia cubana. Este hecho, considerado por Castro como un ataque frontal, llevó a Cuba a alinearse con la Unión Soviética, lo que incrementó la aportación financiera y militar de ésta. 
En 1962 Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos, y Castro denunció al imperialismo yanqui proclamando la República Democrática y Socialista de Cuba. En ese mismo año estalló la llamada crisis de los misiles, al ordenar el presidente Kennedy el bloqueo a Cuba por la instalación de misiles soviéticos. La crisis finalizó cuando Nikita Kruschev se comprometió a retirarlos a cambio de que EE.UU. no invadiera la isla.
Otro gran problema para Cuba fue cuando la URSS cayó, ya que ésta era su principal suministradora de alimentos y bienes de equipo. Los problemas económicos de la isla se acrecentaron en los años siguientes, y Castro intentó realizar una cierta apertura de la economía para favorecer una pequeña intervención privada. En la actualidad, los mayores ingresos de la isla provienen del turismo, ya que por medio de la Ley Helms-Burton, el bloqueo económico continúa pretendiendo penalizar a cualquier país que comercie con el régimen castrista.
El 15 de octubre de 1976, en la despedida de duelo a las 73 víctimas mortales del atentado terrorista presuntamente realizado por la CIA a un avión de Cubana de Aviación en Barbados, pronunció uno de sus discursos más conmovedores: «¡Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!».
En octubre de 1995 participó en las celebraciones por el 50 aniversario de la ONU en Nueva York, pronunciando un discurso ante la Asamblea General. En enero de 1998 recibió al Papa Juan Pablo II en La Habana.
El 23 de junio de 2001 sufrió un desmayo al pronunciar un discurso en La Habana. Posteriormente declaró: «Realmente después de mí, (Raúl) es el que tiene más experiencia, más conocimiento. Quizás no se le conozca bien. Yo lo conozco bien no sólo por razones familiares, sino por la guerra, por su diario, por sus detalles, su meticulosidad, su honradez».
En una carta dirigida al presidente de EE. UU. George W. Bush, Fidel Castro expresó:
Puesto que usted ha decidido que nuestra suerte está echada, tengo el placer de despedirme como los gladiadores romanos que iban a combatir en el circo: «Salve, César, los que van a morir te saludan». Sólo lamento que no podría siquiera verle la cara, porque en ese caso usted estaría a miles de kilómetros de distancia, y yo estaré en la primera línea para morir combatiendo en defensa de mi patria.

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